Es común encontrarse pacientes en consulta que aseguran que son capaces de predecir cambios en la climatología simplemente porque se aumenta su sintomatología. Frases del estilo“me duele el juanete, eso significa que va a llover”· Para hacer un análisis crítico de este fenómeno que se repite con bastante frecuencia, vamos a hacer una explicación anatómica que defiende esta teoría.
Dolor, cambio de tiempo y presión atmosférica
La modificación del dolor con respecto a los cambios en el clima está muy relacionado con los fenómenos de oscilación en la presión atmosférica.
La cápsula articular es una membrana presente en las articulaciones de nuestro cuerpo, que delimita, sostiene y hace funcionales las articulaciones. Es uno de los elementos de estabilización pasiva de la articulación en conjunto con los ligamentos.
En el interior de la cápsula localizamos un líquido que se denomina líquido sinovial, con una alta densidad, de carácter viscoso, y con una función de protección de las articulaciones, ya que minimiza la fricción entre las superficies articulares de los elementos óseos. Este líquido genera una presión interna en la cápsula, lo que la mantiene en un estado de pretensión.
Cuando hay un cambio brusco en el tiempo atmosférico, se dan una serie de fenómenos que van acompañados de modificaciones a nivel de la presión atmosférica. Se conoce que el buen tiempo va asociado a fenómenos de altas presiones, y el mal tiempo está asociado a bajas presiones.
Cuando el tiempo es estable, existe un estado de equilibrio entre la presión atmosférica (extracapsular) y la que hay en el interior de la cápsula (intracapsular). Ante un descenso brusco de la presión, mediante un principio de regulación hidráulica, el líquido sinovial que se encuentra en el interior de la articulación tiende a salir de la misma, por lo que se produce un estado de pretensión de la cápsula y generando síntomas de dolor.
Simplemente se trata de un principio físico de regulación, que en muchas ocasiones convierte a los pacientes en auténticos expertos en climatología.
En ocasiones también se asocia los cambios en la humedad del ambiente, que se supone que puede perturbar los mecanismos de percepción del dolor, disminuyendo el umbral del dolor, por lo que estímulos que anteriormente no serían dolorosos el cuerpo ahora los percibe como tal. En cuanto al clima, se asocia otros cambios como alteraciones en el ánimo, la conducta, etc. Recordar que el sol es una de las principales fuentes de energía, y de vitaminas.
Tratamiento de fisioterapia de los problemas articulares
Si el paciente presenta dolor articular de forma prolongada, se recomienda que acuda a un fisioterapeuta para el abordaje clínico de su patología. El tratamiento consistirá en:
- Consejos nutricionales para la mejora de la función de los órganos y el control del dolor. Básicamente, podemos resumir los consejos nutricionales en las siguientes premisas:
- Di adiós a la leche y sus derivados lácteos.
- Reducir la ingesta de azúcares refinados
- Evitar el cerdo
- Ingesta de cinco piezas de frutas al día, siempre que sea antes de las siete de la tarde.
- No tomar carbohidratos a partir de las siete de la tarde.
- Cenar temprano
- Evitar la ingesta de productos con gran cantidad de edulcorantes, potenciadores de sabor.
- Técnicas para la reducción de la inflamación
- Crioterapia (aplicación de frío)
- Electroterapia
- Terapia manual
- Kinesiotaping
- Pautar ejercicio físico adaptado: El ejercicio físico proporcionará por un lado una vía de manejo del estrés al que está sometido diariamente el paciente. Además, mejorará la síntesis del calcio, la circulación, etc. Ni que decir tiene que la práctica deportiva se recomienda al aire libre, para disfrutar del sol y sus propiedades.